Tenían ganas de mirar en su interior, de hacer un ejercicio de introspección, de buscar la poesía que se esconde en las cosas pequeñas, en los detalles... Y eso les llevó hasta Amigoo, el espectáculo que presentarán en el Barcelona Districte Cultural y que "se dirige a todos los públicos". "Con este nuevo espectáculo queremos llegar a los adultos, pero sin olvidarnos de los niños; queremos que el nuestro sea un montaje que pueda gustar a los espectadores de cualquier edad", nos explica Marçal Calvet quien, junto a Clara Poch, integra Mumusic Circus, un dúo de artistas que, desde el 2008, trabajan juntos y hacen circo de autor.

"La música es una parte fundamental de Amigoo", asegura Marçal, aunque no es la única, porque sobre el escenario se dan cita técnicas muy diversas: "Hay danza, hay teatro físico, realizan verticales, un tipo de acrobacia, y practican la manipulación de objetos, de unos muy especiales: los instrumentos musicales". Y todas esas técnicas las ponen al servicio de explicarse, de mostrarse: "Queríamos que la gente pudiera conocer a los dos personajes que aparecen sobre el escenario, que no son otros que nosotros mismos; que nos vieran en momentos diferentes, ante situaciones diversas: a veces, riendo; otras, enfrentándonos o relacionándonos... Amigoo está construido de metáforas sobre la amistad, sobre la pareja, sobre las relaciones. Lo que queríamos era explicar emociones de una manera poética", apunta Marçal, quien justifica el enfoque con una apuesta por la sinceridad "Nos parece que es mucho más potente para el espectador encontrarse sobre el escenario con personas y no con personajes; la sinceridad siempre es un plus".

Y, precisamente, en un ejercicio de sinceridad, admite que él es el responsable de que aparezcan en escena un contrabajo y un violín: "Estudié música antes de dedicarme al circo y quería unir ambos mundos. Así que en este espectáculo los instrumentos musicales nos sirven para hacer malabaers y acrobacias". ¡Será cuestión de no perderlos de vista!