Los niños siempre dicen la verdad. Y también lo hacen las payasas. Aunque la que hoy nos ocupa no sea una payasa para niños.

Pepa Plana sabe jugar como lo haría un niño, así que es capaz de convertir un tendedero en un retablo en el que irá dibujando el mundo, su mundo, con la ayuda de un cordel rojo que será el que le permitirá recoser la historia. Esas armas le bastan para demostrar no eso que tantas veces se ha dicho de que detrás de cada gran hombre siempre hay una mujer, sino una verdad aún mayor: que son muchos los hombres pequeños que se esconden detrás de mujeres que son enormes: Penèlope es una; Pepa es otra. Y Ulises y Ramon (el hombre que se va y deja atrás a Pepa), de tan pequeños acabarán por parecernos insignificantes.

Pepa Plana es una payasa y, si alguien duda de su condición, sólo hace falta que le mire la nariz (roja, evidentemente) y los zapatos: más grandes que el barco en que marchará Ulises, pero con un poquito de tacón. Pepa Plana es una payasa que juega para explicarnos una historia con aquello que encuentra a su alrededor (la máquina de coser, el hilo, las agujas de tender...) y con sus grandes recursos de clown: el gesto y la imaginación. Y sólo con tan poco es capaz de hacernos un breve resumen de aquello que Homero necesitó todas las página de la Odisea para poder explicar (que Ulises se va a la guerra y abandona a Penèlope, que canta victoria y promete regresar pero le pone los cuernos con otra...) más alguna que otra novedad: como que el caballo de Troya lo ideó Penèlope, sin moverse de casa, y Ulises se lo apropió.

Y Penèlope, el espectáculo que ha ideado Pepa Plana con la ayuda de la gran clown Nola Rae, es en su pequeña sencillez una obra grande con un gran final: porque ni Penèlope (ni Pepa) parecen dispuestas a consentir que sus hombres se escondan ni un momento más detrás de ellas. Ni tampoco de su máquina de coser.

Y si Penèlope triunfó en su visita al Casinet de Hostafrancs, seguro que lo vuelve a hacer en los otros dos escenarios que le quedan por visitar: Auditori Sant Martí (14/12) y Lluïsos d' Horta (16/12).