En el circo de Alexander Calder hay elefantes, focas y caballos. Hay domadores y bailarines. Magos y sombras chinas. Proyecciones y luces... Hay magia... Hay arte.

En el circo de Alexander Calder todo se mueve. Todo baila. Nada está quieto. Todo es en movimiento.

El artista norteamericano fue el primero en conseguir que el arte bailara cuando se inventó los móviles, unas piezas que después se han popularizado y que ahora adornan muchas cunas y entretienen a muchos bebés. Y ahora, una compañía de teatro visual, Addaura Teatre, ha convertido la esencia de su arte en espectáculo para toda la familia. No es que Mobilus explique quién fue Calder, que nació a finales del siglo XIX y murió en Nueva York el 1976, ni que era amigo de Miró, ni su paso de la figuración a la abstracción para después conquistar el movimiento, pero todo está, de una u otra manera, encima del escenario: sus colores, la investigación sobre el equilibrio, sobre el movimiento, los móviles que se inventó y puso a bailar... incluso el circo en miniatura que construyó y con el que jugaba y hacía disfrutar a sus amigos.

Y está todo en un espectáculo que mezcla lenguajes y que cuida los detalles con la misma precisión que haría un espectáculo pensado para público adulto. El resultado es una hora de música, color, baile y magia que los más pequeños se tragan con una sonrisa a los labios, alguna exclamación de sorpresa y dejándose llevar por el ritmo de la música que se les ha contagiado a los pies. Así ha sido en Can Clariana Cultural, que se ha llenado de niñas y niños, madres y padres, e incluso algunos abuelos, para seguir este espectáculo, uno de los más pedido por los centros cívicos en esta segunda edición del Barcelona Distrito Cultural. Sin ir más lejos, el próximo viernes se presentará de nuevo en el escenario de los Lluïsos de Horta.