Una estación de trenes en la década de los años 30 del pasado siglo, cuando la Primera Guerra Mundial ya solo era un recuerdo y la Segunda todavía estaba por empezar. Una estación de trenes de una ciudad que bien podría ser Atenas o Bucarest o Estambul. Una estación de trenes a la que llega gente, en la que la gente se espera, en la que la gente comparte, como les ocurre a nuestros músicos que "se encuentren por casualidad y comparten un tiempo y un rato de música". Esta Estación del Este es el sueño que tuvo Robindro Nikolic, nacido en Serbia en 1982, un sueño que se ha hecho realidad con Músiques en trànsit, el concierto que presentarán en Barcelona Districte Cultual y que repasará algunas de las melodías que un grupo de músicos tendría seguramente en su repertorio si procediera del Este y hubiera vivido en los años 30.

"Mi formación anterior era la Barcelona Gipsy Klezmer Orchestra, que tuve que dejar", explica Robindro Nikolic, "y al hacer una nueva no quería quedar tan ligado a determinado tipo de música tan solo por nuestro título". Así que Estación del Este interpreta la música de los gitanos de los países del Este y también la música kletzner (la que los judíos del este interpretaban en grandes fiestas como podían ser las bodas), pero recupera también otras composiciones de aquella época de entreguerras: música rusa, música lituana (país de origen de la cantante ), música del Oriente Medio incluso tangos... porque en la Europa del Este los tangos se entendían de otro modo que en la Argentina de Gardel.

"La nuestra es una música festiva con momentos de melancolía, pero es que esto, que la euforia y la melancolía caminen de la mano, es una cosa habitual en la Europa del Este", añade el músico que quiere desmarcarse de esos ritmos  que se han popularizado como música balcánica y que solo tienen una parte festiva. "En Músiques en Trànsit proponemos al espectador embarcarse en un viaje que arranca después de que los músicos se encuentren en esa estación de trenes; un viaje con momentos festivos y otros más contemplativos que acaba con una grann fiesta final".

Así que ya resuena en los andenes aquello de 'viajeros, en el tren'. ¿Subimos?