Yacine Belahcene sigue siendo el mismo que, hace ya más de una década, ponía voz a las canciones de Cheb Balowski. Pero en diez años pasan muchas cosas. Entre ellas un par de grupos musicales hasta llegar a Yacine & The Oriental Groove, la formación que fundó a principios del 2010 con el laudista Ioannis Papaioannou a quien conocía de otros proyectos de música más tradicional. "El denominador en común de todos los grupos en que he participado es la música norteafricana", explica Yacine, de padre amazic y madre catalana, nacido en Argelia aunque hace muchos años que vive por tierras catalanas. "El nexo en común de todas mis experiencias musicales es la fusión, hecha desde un punto de vista visceral, porque es así como lo siento". Y añade: "Las mías son siempre canciones viscerales, sentidas y vividas".

"Si hablo de inmigración es porque viví en Argelia muchos años. Así que no sólo mantengo vínculos culturales con aquel territorio sino que he sufrido aquello que llaman choque cultural pero que, quizás, se tendría que llamar riqueza... porque siempre es positivo". Ahora, cuando hablas de inmigración lo tienes que hacer también del mar que nos rodea, como él hace a su último disco, Mediterranean clash. "Estuve en Grecia, visitando el campamento de refugiados de Idomeni", recuerda Yacine, todavía afectado por lo que vio y sintió; y apunta que aquella visita está en el punto de partida de muchas de las canciones que ahora interpreta. "El choque cultural del cual hablábamos antes se tiene que entender como riqueza, porque sin este choque cultural muchos países, muchas ciudades no tendrían alma. El Mediterráneo es cultura, mezcla... y nosotros lo estamos convirtiendo en una tumba para miles de personas que buscan refugio", apunta el músico, quien hace un llamamiento a activar nuestra memoria histórica: "A Argelia emigraron muchos catalanes. Lo hicieron por motivos políticos y también porque no tenían dinero, porque no podían comprar comida, mientras que en Argelia podían trabajar para los franceses. Este es un dato que ahora hay que recordar cuando escuchas determinados discursos"

Pero no sólo de la inmigración hablan las nuevas canciones de Yacine. También lo hacen de Barcelona, de la que conoció con Cheb Balowski, uno de los grupos líderes de un movimiento que se denominó de la Barcelona bastarda, y de la que vive ahora, cuando ha tenido que abandonarla porque, con lo que gana como músico, no puede pagar el precio que se pide por un alquiler. "Mucha gente ha tenido que marchar de Barcelona porque no podía afrontar el precio de los alquileres como consecuencia de la gentrificació", admite, a la vez que recuerda la situación que ha vivido la música en directo en la ciudad durante algún tiempo: "Ha habido momentos en que parecía que se criminalizaba a los músicos que tocaban en directo en salas. Y este es un error gravísimo. La música es necesaria y tiene que estar presente en una sociedad como la nuestra".

La suya estará presente, y mucho, en el circuito Barcelona Distrito Cultural.