"Meridiana es el barrio donde nací y crecí. Y en mi primer disco en solitario necesitaba hablar de mis orígenes, de los condicionantes positivos y negativos que estos orígenes han comportado en mi vida", dice Enric Montefusco, el chico que nació en la Meridiana y que, al crecer, se hizo músico: primero en Standstill, desde 1997 hasta el 2015; y ahora, desde hace dos años, en solitario.

"Recibimos los inputs que nos tienen que condicionar a través de la familia, de la escuela y de la televisión; y quería hablar de la influencia que cada uno de ellos tenido en mí: La televisión es un medio absolutamente pernicioso que nos hace llegar caramelos envenenados; tampoco me gustan los valores que nos transmite  la escuela: creo que todos tenemos un potencial extraordinario y que en la escuela hacen un trabajo de amputación. Y, de la familia, de lo que pasa en nuestra casa, cada uno tenemos nuestra historia", repasa Montefusco, quien concluye: "Cada uno tenemos que ver si queremos seguir perpetuando estos valores o si queremos pensar por nosotros mismos"

"No soy pesimista.Y tampoco soy complaciente. Me gusta ser crítico. Y creo que tenemos que admitir que las cosas no están bien y que no es culpa de la crisis. Todos vivimos en la inopia. La gente no sabe quién es, ni qué quiere, ni cómo lo tiene que gestionar", apunta Montefusco, que cree que, ahora, en este trabajo en solitario, el primero en que trabaja solo, ha llegado el momento de hablar de todo esto: "En 40 años, me han pasado muchas cosas. He aprendido mucho. He descubierto muchas cosas. Y cuanto más enriquecido me siento, más consciente soy del potencial que todos tenemos", añade el músico que´, en esta nueva etapa, no sólo habla de cuestiones que no había abordado con Standstill, sino que también lo hace de otro modo, con un estilo musical diferente.

"Después de haberme acercado a diferentes estilos musicales, me parecía coherente hacer una música más popular, dotada de un lenguaje que pudiera ser entendido por todo el mundo, un lenguaje que fuera universal y atemporal. Y éste es el lugar en el que he buscado", admite Montefusco quién reconoce que el undergroud que practicaba con Standstill podía llegar a ser excluyente, "como también lo es buena parte de la cultura que no pertenece a la underground". Y concluye: "Ahora lo que me interesa es un lenguaje que no parezca dirigido tan sólo a unos pocos iniciados. Quiero llegar a un lenguaje que sea mucho más universal". Y parece que con este disco, que publicó en el 2016, ahora casi ya hace dos años, y que ha girado por muchos escenarios, lo ha conseguido.