La carretera de las aguas y su entorno

Con más de 8.000 hectáreas de espacio natural, la sierra de Collserola es la zona verde más grande e importante de Barcelona. El paisaje alberga la carretera de las aguas, un camino de paseo de más de 21 quilómetros que atraviesa toda la sierra y desde donde se pueden contemplar y admirar unas impresionantes vistas de la ciudad.

La carretera de las aguas, con un trazado horizontal, toma su nombre de una antigua conducción de distribución de agua que pasaba por el espacio. El camino es una de las zonas verdes más visitadas por los barceloneses y las barcelonesas y se calcula que cada año pasan unas 750.000 personas, tanto de aquí como de fuera de la ciudad. Es un corredor verde donde la gente acostumbra a transitar a pie, corriendo o en bicicleta. En este último aspecto, por la carretera de las aguas pasa la llamada Ronda Verda, una ruta que implica tanto Barcelona como las localidades de al lado y que constituye un circuito con el que los ciclistas pueden hacer una vuelta completa a la ciudad.

Desde muchos de los lugares de la carretera se pueden observar unas vistas espléndidas de la ciudad. Pero el espacio también cuenta con miradores concretos. Entre ellos, algunos de los más recomendables son el Mirador dels Xiprers, desde donde se ve Montjuïc y el llano del Llobregat; el Castillo y el Mirador de Torre Baró, con vistas principalmente sobre los barrios del norte de la ciudad; o el Turó de Sant Pere Màrtir. Además de tener unas vistas espectaculares de Barcelona, este sitio también tiene una importancia histórica, ya que aún quedan restos de las baterías antiaéreas que se instalaron durante la Guerra Civil.

El entorno de la carretera de las aguas, además, también es rico en jardines, plazas y parques varios. Por ejemplo, los Jardins del Viver de Can Borni, un vivero que se creó en el año 1919; o el Parc de la Font del Racó, localizado cerca de la carretera, en la avenida del Tibidabo.