"Jabón de Alepo" lleva la guerra de Siria a la galería Àngels Barcelona

Un artista barcelonés se puso a pensar cómo podía hablar en una obra sobre unos hechos que sacudían al mundo y la respuesta que damos desde este lado del planeta. Y se dio cuenta de que, si nos referimos a la guerra de Siria y a la actitud que ha tenido el continente europeo respecto al conflicto, el gesto de lavarse las manos era uno de los más ilustrativos.

Fue así como nació Jabón de Alepo, título de una obra para la cual pidió a cerca de cuatrocientos voluntarios que pasaran por su estudio. Eran gente de colectivos diversos, sin relación entre sí, que quisieron participar en una acción tan simple como sugerente.

Y es que en el estudio de Pitarch encontraron un lavabo con una pastilla nueva de jabón de Alepo, un jabón vegetal artesanal hecho con aceite de oliva y laurel que se considera el antecedente del jabón de Marsella. El jabón, que se fabrica en la ciudad siria del mismo nombre, sirvió a los voluntarios que respondieron al llamamiento de Pitarch para lavarse las manos uno a uno durante cinco horas mientras una cámara filmaba la operación en un plano secuencia cenital.

Poco a poco, la pastilla se va consumiendo, una imagen que nos hace pensar de manera inevitable en los sufrimientos de una población que soporta la dureza de la guerra, que acaba siendo víctima de ella o que no tiene más alternativa que huir hacia un continente que la rechaza.

La obra de Pitarch se proyecta sobre un muro de la galería. Allí veremos una muestra más del talento de un artista que toma como tema de muchas de sus obras la difícil relación entre el hombre y las estructuras que, como la sociedad o la cultura, ha ido creando él mismo.