Cuando la Barceloneta encargó los gigantes Pep Barceló y Maria la Néta y los cabezudos Ramonet y Ganxut al constructor Xavier Jansana, en 1991, también les hizo un gegantó singular: el del edificio de la Torre del Rellotge del Moll de Pescadors. Este edificio, un antiguo faro del siglo XVIII adaptado posteriormente como reloj, es todo un símbolo arquitectónico del barrio.

Según explica Xavier Cordomí en el libro Gegants i capgrossos II, esta figura originalmente no fue considerada un gegantó, a pesar de ser portada como tal. De acuerdo con los criterios más ortodoxos del mundo de la imaginería festiva, no se podía hacer porque no tiene forma antropomórfica. Con todo, la figura de la Torre del Rellotge fue reconocida como gigante en los debates del ámbito de gigantes y cabezudos del II Congreso de Cultura Popular Catalana.