Veinte cosas que no sabías sobre la coca de San Juan

Las cocas de fruta, de piñones, rellenas con crema, mazapán o de chicharrones, acompañadas de un buen cava o de moscatel, son elementos imprescindibles de la noche de San Juan. Cada año, los panaderos y pasteleros hacen miles de cocas, aunque también hay quien prefiere hacerlas en casa. Y, como cualquier comida tradicional, tienen una historia larga y llena de anécdotas y variaciones que merece la pena saber.

  • La coca de San Juan se elabora con masa de brioche, una base muy frecuente en pastelería que también se utiliza para hacer otros dulces, como el roscón de Reyes.
  • Parece que el nombre deriva del verbo latino cocere, que significa ‘cocer’.
  • Se puede rellenar de muchas cosas dulces: las más comunes son la crema y el mazapán, pero también hay quien la rellena con nata y con productos más creativos.
  • Tradicionalmente, se decora con fruta confitada y piñones, aunque también es muy popular la de chicharrones.
  • Entre la fruta confitada, las piezas más habituales son las cerezas, la naranja en rodajas e incluso el melón a trocitos, que le dan el característico toque de color.
  • El año pasado por San Juan, en Barcelona se vendieron más de 900.000 cocas artesanas.
  • Algunos de los pasteleros más atrevidos de la ciudad proponen rellenarlas con crema de queso y fresas y sobrasada. E incluso se ha elaborado helado de coca de San Juan.
  • Según el Gremio de Pastelería de Barcelona y Provincia, la variedad más vendida año tras año es la de brioche con frutas y piñones.
  • La tradición dice que la coca de San Juan tiene que tener un tamaño canónico, el doble de largo que de ancho, y debe tener los ángulos redondeados.
  • Según el cocinero Ignasi Doménech, la proporción entre la anchura y la longitud de la coca es igual a la proporción entre el día y la noche en San Juan.
  • La coca de San Juan deriva del roscón con huevos que se comía antiguamente: un dulce de forma redonda, que era una reminiscencia clara del culto al sol.
  • En sus inicios, las cocas que se consumían en esta festividad se amasaban en casa y se llevaban a los panaderos para que las cocieran.
  • Con el nacimiento de las primeras pastelerías, en el siglo XIX, la receta se endulzó con la aportación de cerezas y más frutas confitadas.
  • La coca moderna se incorporó a las verbenas en 1860, y hacia 1900 ya era un elemento esencial.
  • En el campo, estaba la creencia de que se tenía que consumir en el exterior, porque comérsela bajo tejado traía desgracias.
  • Antes era frecuente comérsela acompañada de vino dulce o rancio, pero hoy estas bebidas han ido dejando paso al cava.
  • Por estas fechas, en muchos otros lugares del Mediterráneo comen dulces muy parecidos a la coca de San Juan.
  • Sin ir más lejos, en Alicante hay una comida que lleva el mismo nombre, pero es una especie de coca de verduras con atún.
  • Y en Menorca, a la coca de San Juan también se la llama coca bamba. Es una coca alta enroscada en forma de espiral típica de las fiestas patronales en la isla.
  • La misma coca también se puede consumir durante las verbenas de San Pedro y San Jaime, que antes se celebraban mucho.