Gigantes de la Ciudad

Ficha técnica

Descripció

Jaume I

Construido en 2006 por
Manel Casserras i Soler

Descripció

Violant

Construida en 2006 por
Manel Casserras i Soler

En Barcelona los gigantes son una tradición arraigada, de la que tenemos noticia desde el siglo XV. Hay constancia documental de que en el año 1424, entre la multitud de entremeses que participaban en la procesión del Corpus, había una representación con el "rei David ab lo Jiguant". Este gigante, el primero documentado en Europa, representaba un Goliat y había sido pagado por el municipio. Es el que consideramos como el primer gigante de la ciudad. Este Goliat, con el tiempo, se desligó de la representación parateatral y lo encontramos desfilando solo por las calles de Barcelona hasta el año 1568, en el que la documentación acredita la existencia de la giganta.

No sabemos con exactitud cuántas parejas y figuras diferentes han paseado por las calles de Barcelona como gigante y giganta de la ciudad. Sin embargo, sí que se sabe que a finales del siglo XVI este entremés se encuentra en decadencia, incluso desaparecido, pero que a partir de 1601, a consecuencia de las fiestas con motivo de la canonización de san Raimundo de Peñafort, vuelve a las calles con un nuevo impulso que ya no se interrumpe.

La pareja actual

En 1929 el Ayuntamiento decidió de renovar totalmente la pareja de los Gigantes de la Ciudad. La última, aunque solo tenía cuatro años, era bastante chapucera. La poca valía artística de las figuras y el hecho de que la ciudad se disponía a celebrar la Exposición Internacional, propiciaron esta renovación. Francesc Labarta recibió el encargo de dirigir la construcción de una pareja de gigantes que representara a los Reyes Católicos. Estas figuras son las que, en diversas copias y reinterpretaciones, podemos considerar que han llegado hasta nuestros días.

El día 19 de abril de 1929 Labarta hizo llegar dos presupuestos al Ayuntamiento, donde se detallaban las intervenciones que se tenían que llevar a cabo y los profesionales que intervendrían. El primero, por un valor de 48.693 pesetas; y el segundo, de 43.254,13. El proyecto se hizo a partir de unos figurines dibujados por el propio Labarta, con los trajes confeccionados por Casa Paquita y las figuras, cabezas, manos, brazos, cuerpos y caballetes, por Tallers Renart.

Esta pareja de gigantes fue objeto de muy pocas intervenciones, salvo los repintados rutinarios. Durante la década de 1930 tuvieron poca actividad y en el año 1931 dejaron de salir hasta por el Corpus de 1939, ya bajo el régimen franquista. Hay que destacar los cambios de brazos del gigante, en una fecha que no se ha podido determinar, aprovechando los de la pareja del año 1925 y sus atributos, el cetro y el orbe cristiano. En el caso de la giganta, un cambio de cabeza aproximadamente en el año 1949, según las fotografías, porque la original quedó dañada en una inundación del almacén municipal del barrio de la Sagrera, donde se guardaban.

Con la recuperación de los Gigantes del Pi, en el año 1960 se vio la necesidad de renovar la pareja de los Gigantes de la Ciudad. Un artículo de Sempronio nos explica las interioridades y curiosidades de lo que acabó siendo una accidentada reforma, y que en resumidas cuentas se redujo a una restauración por encima y un repintado de las figuras.

En el año 1961 tuvo lugar la esperada renovación total. En principio, el estreno estaba previsto para el Corpus, pero no fue posible hasta las Fiestas de La Mercè. La dirección de la nueva copia fue encargada a Evarist Mora, que hizo el diseño de los figurines. Las carcasas, las cabezas y las manos fueron encargadas al solsonense Manel Casserras i Boix, que las trabajó tomando como referente el anterior modelo, pero haciendo cambios importantes, como la sustitución de las coronas de cartón por unas de latón dorado con pedrería; el pelo, que antes era de la misma escultura, fue sustituido por pelucas que les daban más realismo; y, como detalle destacado, se estilizaron las figuras, que perdieron el aspecto robusto que tenían. Con respecto a los trajes, fueron encargados a la sastrería teatral Casa Llorens.

El lunes después del Corpus de 1966, volviendo de la procesión de la Barceloneta, esta pareja de gigantes tuvo una caída de antología. En este caso, el accidente no fue por la falta de atención de los portadores que paseaban a los gigantes o de un mal paso del que los llevaba. Un coche Seat 600 embistió a la pareja de gigantes a la altura de Pla de Palau. La giganta todavía recuerda este accidente: una asimetría de la cara, todavía bastante evidente, es el testigo mudo del hecho.

En la década de los setenta, el maestro artesano Domènec Umbert se encargó de la renovación de la pareja. Según las notas personales del constructor, fue en el año 1972, aunque algunas otras informaciones indican que se hizo en 1970. El encargo le vino de Casa Paquita. Los gigantes llegaron a manos de Mingu —nombre con que era conocido este artesano en el ámbito geganter—, en un estado deplorable. Las cabezas estaban llenas de yeso, hierros y maderas, fruto de desafortunadas reparaciones, que hacían de los gigantes unas figuras de muy mal llevar. También estrenaron vestuario de largas y majestuosas capas que aumentaron el peso y que, como en el caso del modelo anterior, fueron confeccionados por Casa Llorens. Esta pareja, de la cual se conservan las cabezas en muy mal estado, todavía es recordada por algunos de los portadores de gigantes en activo, actualmente en colles de la Coordinadora de Geganters de Barcelona.

En el año 1985 los Gigantes de la Ciudad ya están gestionados por la Coordinadora de Geganters de Barcelona, que decide darles la identidad de Jaime I y Violante de Hungría y hacer una nueva copia, porque la que utilizaban había tenido la misma suerte que su predecesora: arreglos y reparaciones por manos inexpertas, parches de escayola y un largo etcétera. Todo ello había convertido a los gigantes en unas figuras muy pesadas y prácticamente importables. El encargado de hacer el trabajo fue, nuevamente, el artesano Domènec Umbert, que puso en él toda su maestría, y en el año 1986 pudieron estrenar el vestuario siguiendo el modelo del año 1962. De esta pareja se conserva toda la parte de escultura.

Por las Fiestas de La Mercè del año 1991, se estrenó una nueva pareja de Gigantes de la Ciudad. El objetivo de construir esta copia era que fueran de mejor portar, porque las figuras construidas por Domènec Umbert en cartón piedra todavía eran bastante pesadas. La construcción fue a cargo del desaparecido artesano Manel Casserras i Boix, de Solsona, que hizo una reproducción en fibra de vidrio y poliéster que redujo el peso de los gigantes considerablemente. No fue en ningún caso una renovación absoluta: se aprovecharon todos los atavíos y complementos, las coronas, las pelucas y los caballetes de la pareja anterior.

En el año 1999 sí que se hizo una renovación total, atrevida, y el resultado fueron unos gigantes que no dejaron indiferente a nadie. El Instituto de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona convocó un concurso de vestuario para los Gigantes de la Ciudad dirigido principalmente a estudiantes de diseño y diseñadores jóvenes. Los trabajos finalistas estuvieron expuestos públicamente en el Bulevard Rosa del paseo de Gràcia y se sometieron a votación popular. La propuesta ganadora fue la de Yolanda Saura, que presentaba un vestuario con grandes dosis de creatividad contemporánea y con claros referentes a la Barcelona modernista. La vestimenta de la giganta ofrecía formas de Gaudí, colores y alegorías de las técnicas del trencadís. El gigante, en cambio, lucía una indumentaria austera y evocadoramente urbana, y un cuello alto de punto rojizo marcaba la diferencia. El diseño se alejaba mucho de lo que hasta en aquel momento se consideraba el arquetipo de gigante tradicional.

Aparte los trajes, los gigantes también se hicieron totalmente nuevos. El taller El Drac Petit de Terrassa, de Jordi Grau, hizo las cabezas, las manos y los cuerpos nuevos. Para realizar las nuevas figuras, hizo un molde y sacó una copia de las figuras que en el año 1985 había hecho Domènec Umbert, con el que rectificaba la acusada asimetría de la giganta, fruto del accidente del año 1966, que se había ido repitiendo copia tras copia. Ramon Roig, de la casa Indumenta de Terrassa, llevó a cabo la confección de los trajes a partir de los diseños de Yolanda Saura. Las joyas fueron diseñadas por la firma Tous. Y el trabajo de peluquería se ejecutó en la peluquería Bascón de Badalona.

Con motivo de la celebración de los veinte años de la Coordinadora de Geganters de Barcelona, en el año 2005, los gigantes de 1999 se retiraron y se recuperaron los de 1991, que volvieron a la vida pública. Estas figuras fueron remodeladas a fondo en el 2006, en este caso por Manel Casserras i Soler, que trabajó sobre la obra que en 1991 había hecho su padre, Manel Casserras i Boix. La propuesta de la Coordinadora de Geganters de Barcelona para esta nueva imagen de los Gigantes de la Ciudad era el retorno a unos gigantes de corte clásico y preciosista. Se presentaron en sociedad el día 22 de abril, víspera de Sant Jordi del 2006, y al día siguiente fueron expuestos en el vestíbulo de la Casa de la Ciudad aprovechando la jornada de puertas abiertas. Hay que decir que, aunque esta renovación se materializó en el año 2006, el proyecto es muy anterior e iba encaminado a poder ser estrenado dos años antes, con motivo de la celebración del Fórum Universal de las Culturas.

Estos nuevos gigantes fueron ideados por Toni Lucena, Josep Maria Blanes y Albert Martínez. Cabe decir que de toda esta estirpe de Gigantes de la Ciudad iniciada en el año 1929, esta última pareja es la que tiene más carga simbólica intencionada. La ropa, los complementos, las joyas están llenos de contenidos que evocan temas barceloneses, de país, de sostenibilidad, de diálogo, de valores. Y, como curiosidad, disponen de dos cubiertas: la primera, unas coronas que utilizan dentro del término municipal de Barcelona, y la segunda, una cimera para el gigante y un sombrero para la giganta.

Actualmente, la pareja de Gigantes de la Ciudad está compuesta de un híbrido de las dos últimas parejas. La carcasa, cabeza y manos corresponden a la obra de Jordi Grau, del taller El Drac Petit de Terrassa, del año 1999; los atavíos y los trajes corresponden al último modelo de Manel Casserras i Soler, del 2006.

El baile y la música

El baile es una de las expresiones propias de los Gigantes de la Ciudad cuando la liturgia festiva es más esmerada e intensa. No tenemos conocimiento de que los gigantes de Barcelona hubieran tenido un baile propio coreografiado hasta 1994, el año del estreno. La melodía es de Xavier Muixench, y fue coreografiada por Jordi Vallverdú Lop, miembro de la colla de los Gigantes de la Ciudad.

El baile se ejecuta protocolariamente en las Fiestas de La Mercè, en tres ocasiones: durante el Toc d'Inici, después del pregón en la plaza de Sant Jaume; durante la mañana de fiesta mayor, en el Séquito de Autoridades, también en la plaza de Sant Jaume; y como cierre de la Cabalgata de La Mercè, el mismo 24 de setiembre por la tarde. Por las Fiestas de Santa Eulàlia se baila en la plaza de Sant Jaume el domingo, cuando se hace el Séquito de Santa Eulàlia. Este baile también puede ser ejecutado en ocasiones extraordinarias.

El baile explica una historia en tres partes y con el siguiente hilo conductor: en la primera parte, que es la llamada de coneixença o d'arribada, representa que la giganta llega por la calle de la Ciutat, cuando el baile se ejecuta en la plaza de Sant Jaume, y conoce al gigante, con quien intercambia saludos. La segunda es conocida como la parte de festeig: en una sucesión de vueltas alternadas, el gigante y la giganta establecen una especie de galanteo. La tercera y última es una copla bastante movida, que invita a dar palmas, en la que los gigantes celebran su amor en una gran fiesta.

Si bien el acompañamiento tradicional de los Gigantes de la Ciudad ha sido durante siglos el flabiol y el tamboril, por las Fiestas de La Mercè del 2009 se presentó una formación oficial que hoy en día acompaña a los Gigantes de la Ciudad. Els Perdigots, el nombre de esta formación, es una cobla de flabiols y fiscorno que aporta una nueva y esmerada sonoridad a las procesiones y séquitos en los que participan.

Actuaciones y salidas

Los Gigantes de la Ciudad, elemento folclórico propiedad del Ayuntamiento de Barcelona, participan en los momentos culminantes de las fiestas barcelonesas como integrantes del séquito popular. Por las Fiestas de La Mercè los podemos ver en el Toc d'Inici, en el Séquito de Autoridades, en la Cabalgata y en el Toc a Plegar. En las Fiestas de Santa Eulàlia los encontraremos en el encuentro de gigantes y, por el Corpus, en la procesión. También los podemos ver ocasionalmente en acontecimientos fuera de Barcelona representando el municipio. Cuando no salen, son expuestos en el Palau de la Virreina tras una vitrina.