In memoriam. Joan Anton Benach, periodista y cohete cultural

© Pere Virgili

Le gustaba que lo definieran como periodista. También como crítico teatral. Hace tanto tiempo que lo conozco que no recuerdo cómo nos presentamos. Lo que sí recuerdo son algunas de las muchas responsabilidades que tenía en el Ayuntamiento, en el que fue delegado de los Servicios de Cultura entre 1979 y 1983.

Nos habíamos tratado desde 1976 en El Correo Catalán, en el cual, aunque siempre iba con prisa, podíamos comentar cosas del momento y, a veces, me preguntaba por mis hijos. Con los años, me he dado cuenta de que ha sido una persona sensible a la opacidad de lo que hay detrás de una mirada. Un hombre directo y franco.

En el artículo “Els Grecs que van néixer l’any 1979”, dentro del libro Grec 25 anys (1976-2001), Benach escribe: “Organizar un Grec en menos de cinco semanas: no creo que en estos momentos pudiéramos encontrar en la profesión teatral y en la administración pública a gestores dispuestos a una insensatez similar…”. El potente deseo de aportar un hecho cultural como el Grec ilusionó a todo el equipo que lo acompañó en el impulso de un festival que continúa hasta hoy.

Su apuesta por programar La tragedia de Carmen, de Peter Brook, en un almacén del antiguo Mercat de les Flors fue un punto de inflexión para convertir este espacio en referente de las artes escénicas y la creación contemporánea. También fue comisario o director de las exposiciones Catalunya, la fàbrica d’Espanya 1936, Catalunya i ultramar: poder i negocis a les colònies espanyoles (1750-1914), y Barcelona Creació, que tuvo lugar en 1990 en la ciudad de Yokohama. El Ayuntamiento quería proyectar la transformación que se había activado a raíz de los Juegos Olímpicos.

Barcelona Metròpolis Mediterrània (BMM) fue una propuesta del Joan Anton Benach periodista al alcalde Maragall, en el marco de las expectativas que generaba la convocatoria de los Juegos. Quería una revista de ciudad y no de la Administración. BMM reflejaba transformaciones urbanísticas, historia, fiestas populares, empresas y tiendas, museos, escritores, abogados, pedagogas, músicos, actrices… Todo el tejido social de la ciudad, recogido en 96 páginas, en tres números al año, en catalán y en español y con un resumen en inglés. Y su propuesta se respetó entre 1986 y 2006. Posteriormente, ha sido una revista de ciudad, de pensamiento y debate.

En 1986, el despacho de Joan Anton Benach se encontraba en el Gabinete Técnico de Programación, en la planta 12 del Edifici Novíssim. Y, al lado de la biblioteca, se instaló la redacción. Las condiciones eran precarias, pero la ilusión tenía forma de cohete. Benach estableció unas tarifas muy ajustadas, iguales para todos los colaboradores. No era justo realizar excepciones y así se argumentaba. Sin embargo, todo el mundo quería colaborar, apreciaban a Benach y les gustaba la revista. Se hacía pesado explicar a los colaboradores que la gestión económica era lenta. A veces se enfadaban y eso preocupaba al director. A menudo explicaba al gerente que no podía encargar artículos si los colaboradores llevaban seis meses sin cobrar.

Los Monográficos de BMM fueron una publicación de la Administración fomentada por el alcalde Joan Clos. Colaboraron en ellos cargos y técnicos de las administraciones públicas en títulos como “Ciudad del conocimiento”, “Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona”, “Fórum de las Culturas” o, el último número, “Barcelona y los libros. Los libros de Barcelona”.

De la plaza de Sant Miquel fuimos a la calle de la Ciutat, unos años a la calle del Paradís y, cuando derribaron las últimas plantas del Edifici Novíssim, al Departamento de Publicaciones de la Zona Franca. A él le supo mal el trato recibido.

Un día Benach me preguntó: “¿Qué crees que es mejor: ser fiel o ser leal? ¿Tú dónde te sientes mejor?”. Me cogió por sorpresa y, mientras yo dudaba, quizá sin saberlo, él definió cómo era: “Yo opto por la lealtad”. Y pensé en el significado de lealtad: la persistencia de los acuerdos con las personas, de unas normas de conducta, la coherencia de ciertos valores comunes y un ideal político moral.

Carme Anfosso, coordinadora de BMM-BM entre 1986 y 2011

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