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Barcelona cultura

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A la sombra

Mar 25/07/2017 | 12:45 H

Por Constanza Brn?i? Monsegur. Bailarina y coreógrafa

Estos días presentamos la pieza 'What is the Word' en el marco del Festival Grec. En esta pieza estoy sola en el escenario, suenan las 'Triadic Memories' de Morton Feldman y el espacio se transforma con la modulación de la luz y mi movimiento. Hace tres años que trabajo en esta pieza. Tres años durante los cuales mi cuerpo ha cambiado. Pero de hecho, como sucede a menudo con los procesos creativos, este trabajo se remonta a un tiempo más lejano. Quizás lo podría situar en la noche en que nació mi segundo hijo, hace ya siete años. Durante mi embarazo creé la pieza 'Mujer embarazada con hoja en blanco', donde me hacía preguntas sobre el proceso de creación, sobre la gestación y la transformación del cuerpo, sobre el significado de la noción mujer y sobre la relación del lenguaje con el gesto. Luego vino el parto, ese momento vertical de nuestra existencia, como dice Siri Hustvedt, en que la diferencia de posición entre una mujer y un hombre se hace ineludible. Durante el parto recuerdo que estábamos en casa con mi compañero Nuno escuchando las piezas para cuatro pianos de Morton Feldman. Esa música quedó para siempre asociada a uno de los momentos más importantes de mi vida. Y sin darme cuenta, nació 'What is the Word', pieza que se pregunta por la posibilidad de decir, de recordar, y en la que se pone de manifiesto la necesidad de ocultarse, la necesidad de sombra, de silencio; el pudor y la osadía implícitos en el acto de representar.

La reivindicación del pudor, como algo más íntimo, y de la vergüenza, como algo más social, así como de la inseguridad, del balbuceo, de lo ambiguo, lo borroso y lo lento, contrasta con el gesto asertivo, hiperexplicitador, afirmativo e inmediato que continuamente exige la sociedad del espectáculo. Ante esa exigencia, que se explicita en muchos ámbitos del trabajo, decido persistir en la escucha. Me encuentro a menudo con la boca abierta, detenida en ese momento de abismo, de dificultad, que conlleva una articulación de sentido sobre lo real. Y lo real es lo que me interesa, lo que miro maravillada, lo que escucho con asombro, miedo y deleite a la vez. Con tristeza, angustia y placer. Con pavor.

La bestia de lo real. No se puede domesticar. Ni cazar. Pero se puede acechar. De hecho, eso es lo que hacemos, la acechamos. Así un día descubrimos que, mirada desde cierto ángulo, nos cuenta otras cosas. A veces nos muestra caminos que no hemos recorrido. Nos refleja. Lo real contiene nuestras acciones. En parte está hecho de nuestras acciones. De ahí nuestra íntima implicación, nuestro compromiso con lo real. Merleau-Ponty decía: El ser humano no es un espíritu y un cuerpo, sino un espíritu con un cuerpo, y solo accede a la verdad de las cosas porque su cuerpo está como plantado en ellas. Nuestro cuerpo está plantado en las cosas, en lo real. Nacemos al mundo y a los otros, a un espacio intersubjetivo.

Cuando durante estos años de trabajo en torno al cuerpo, al pensamiento y al lenguaje, intento buscar otros ámbitos que no sean los ámbitos escénicos convencionales, me sitúo en muchos momentos a la sombra, en un lugar no visible. Trabajo en hospitales, en barrios, en institutos y escuelas públicas con personas de todas las edades, con diferentes capacidades, distintos contextos socio-económicos, distintas lenguas maternas, distintas maneras de entender la vida, el mundo. Mi trabajo consiste en muchas ocasiones en generar un espacio de autorepresentación colectiva. Si creamos una situación en la que unos miran y otros hacen, qué queremos mostrar, qué queremos dejar en la sombra, a qué invitamos? Estas preguntas se manifiestan en las piezas que hacemos. En 'Crisàlide In C', un grupo de unos ochenta adolescentes que viven en LHospitalet de Llobregat bailaban la famosa pieza de Terry Riley, 'In C'. La creación del material coreográfico surgió de ellos, al principio tímidamente, al final como una erupción volcánica, de tal modo que la profusión de ideas y pensamientos sobre lo que estábamos creando iba siempre in crescendo. Kevin, uno de los participantes, de doce años, escribió al finalizar el proceso: La pieza de danza me transmite la realidad. En ella nadie hace una misma cosa, todos lo hacemos diferente. Esto indica que nadie es igual, que todos destacamos en algo.

 

En 'Li diuen mar', resultado de la edición del proyecto PI(E)CE 2016, el escenario lo ocupaban personas de todas las edades (entre los 14 y los 85 años) que habitan el barrio del Raval y Poble-sec. Unas ochenta personas mostrando una ciudad distinta, de una riqueza cultural inmensa, un paisaje común que a menudo queda excluido de la imagen de parque temático que el turismo y el capitalismo consumista insisten en hacer de la ciudad. Kawtar, la maravillosa persona de quince años que abría 'Li diuen mar', situándose en el centro del escenario decía un texto que ella había escrito: ...no sé a dónde ir. Hace mucho calor, tengo sed, y al fondo, puedo oír la llamada a la oración. No entiendo nada. Después de dar muchas vueltas por la habitación, veo un misterioso espejo. Comienzo a observarme. Y al observarme, no me encuentro. Veo otro lugar, veo a otra chica. Y no puedo soportar esa imagen. Me suena tanto, me recuerda a tantas cosas, que prefiero salir de la habitación aunque sé que me voy a perder... Sigo caminando y veo un lugar arenoso, algo inmenso. Esto es lo que ellos llaman mar.

Perplejidad, búsqueda de la identidad, viaje, pérdida, descubrimiento, aprendizaje. Esto es lo que ellos llaman mar. Quiénes son ellos?, son otros los que ponen nombre a las cosas?, es el otro parte de mí?, podré yo algún día llamar al mar sintiendo que esa inmensidad está contenida en la palabra?
Y esto me lleva de vuelta a 'What is the Word'. Beckett, en su poema, dice:
seeing-
folly seeing all this this here-
for to-
what is the Word-
see-
glimpse-

Cómo decir: ver, atisbar? Cómo decir? El decir sería un proceso, claramente. Un proceso de escucha y de atención a lo real. Jean-Luc Nancy dice en su libro 'A la escucha': El sentido se abre en el silencio. En la escucha dejamos que lo escuchado resuene en nuestro cuerpo, nos hable, nos afecte. Y es ese dejarse afectar lo que me implica en el trabajo laborioso, el trabajo que transforma. Reivindicando espacios de sombra, espacios de lucha, de aprendizaje, de no saber, de inseguridad y de timidez. Reivindicando tantos gestos pequeños pero claros, diáfanos, como gestos borrosos e inestables. Reivindicando lugar para el cansancio, la duda y el asombro. Reivindicando la crítica pero una crítica como comprensión del límite, de nuestros límites humanos, nuestra responsabilidad para con el mundo en el que estamos plantados.

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