¡Claro que sí! ¡Patty Lemon y Martin Bennet estaban predestinados a liarla parda en el Carnegie Hall!
¿Y qué más nos da si Patty Lemon y Martin Bennet eran o no sus nombres de verdad? ¿Y qué nos importa si en verdad los habían bautizado como Francisca Pichardo y Josep Maria Martí i Benet? Lo cierto es que esos dos tenían el ritmo en el cuerpo, el swing en la sangre y el jazz en la voz. Y que nos lo demostraron la otra noche en su primer concierto en el Barcelona Districte Cultural.
Patty Lemon y Martin Bennet son los protagonistas del concierto teatralitzado o el teatro convertido en concierto de There was a fiesta! At Carnegie Hall, la fórmula que se inventaron los chicos de La Copla de Wisconsin, que tan bien les funcionó en su temporada en el Teatre Tantarantana y que tanto gustó al público que asistió el pasado jueves 8 de febrero a la representación del Casinet de Hostafrancs. Dieron palmas en muchas canciones, incluso más de uno las tarareó; rieron todas y cada una de las bromas; y acabaron ovacionando a los dos actores-cantantes (Aitor Galisteo y Cinta Moreno) y a los tres músicos que los acompañan. ¡Se lo ganaron!
La historia de There was a fiesta! es muy sencilla: dos cantantes (él, catalán; ella, andaluza) llegan a Barcelona desde Tánger en aquellos años (justo después de la Guerra Civil) en que la capital catalana lo era también del jazz interpretado en español. Pero la represión franquista (no sólo contra el jazz, también contra las mujeres y los homosexuales) les obliga a marchar a los EE.UU. para buscarse allá la vida. Y la encuentran, con la ayuda de Xavier Cugat, en escenarios tan gloriosos como el del Carnegie Hall. Y las músicas con que la acompañan son, en algunos casos muy conocidas (Granada, Manisero, Put the blame on mame, Bésame mucho) y en otros prácticamente desconocidas, aunque tanto unas como otras acaben sonando a jazz. ¡Y sonando muy bien!
Ah y no es spoiler: ni Patty Lemon, ni Martin Bennett, ni Francisca Pichardo, ni Josep Maria Benet i Miró existieron nunca; pero su vida es el resumen de muchas otras gracias a lo mucho que investigaron los chicos de La Copla de Wisconsin.