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CRÓNICA Marc Martínez explica la razón de ser de Mal Martínez

19/06/2017
Teatro
El actor comparte una charla con la gente de teatro de los Lluïsos d'Horta pocos días antes de presentarse en su escenario

Cuando Marc Martínez se explica sobre el escenario se convierte en Mal Martínez, en recuerdo de una época en que -dice él- siempre le acusaban de hacerlo todo mal. Y cuando es Mal recuerda el Raval de los años 70 y 80, el de su infancia y su adolescencia; vuelve a poner nombre a aquellas calles que tantas veces pisó y a sentir las hostias que durante aquellos años recibió. Y lo explica. Con humor. Mucho humor. Y también con unas cuantas canciones.

Pero, otras veces, Marc Martínez se explica sin convertirse en Mal, precisamente para tratar de hacer comprender a quien le escucha las razones por las que Mal ha acabado por subir a un escenario. Y para justificar la presencia de Mal, Marc repasa su carrera: la de un chico del Raval que triunfó en TV3 cuando los culebrones del mediodía de la autonómica catalana paralizaban la ciudad, que presentó un programa de televisión desde la playa de Sitges, que consiguió fama y popularidad cuando todavía era muy joven; la de un actor que ha hecho teatro y lo ha dirigido, que fue de los primeros en presentar en la cartelera de Barcelona el concepto de 'teatro social' y que acaba de triunfar con el Conillet que le ha regalado a Clara Segura. Y Marc recuerda todos los golpes de timón que ha dado a lo largo de más de tres décadas de carrera, los que le han convertido en el artista que es y los que han acabado por despertar en él la necesidad de vaciarse desde el escenario convertido en su alter ego, en Mal. 

Generoso, el pasado lunes, Marc Martínez se explicó así ante la gente de teatro de los Lluïsos de Horta, el escenario donde el próximo domingo presentará Mal Martínez. Humor i hòsties. Y ante unos actores que, quizás, sueñan con ser profesionales, desgranó las miserias y las bondades de la profesión. "Hay muy poca gente que se pueda ganar la vida haciendo teatro", les confesó. Pero el actor, que recordó que, en un momento dado de su carrera, decidió renunciar a muchos papeles que le habrían reportado mucho dinero porque no le gustaban, demostró tanta pasión por el oficio durante su charla de cerca de dos horas que su audiencia salió, seguramente, con más ganas de hacer teatro que las que tenía cuando había entrado.

"Cada mañana, cuando me levanto, me tomo un café y me pongo a pensar en cómo hacer cultura", reconoció Marc Martínez su pasión apasionadamente. Porque es un apasionado del teatro. Pese a las hostias. Y gracias a haberle puesto mucho humor.

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