Pasacalle y baile de gigantes. La fiesta empieza en la víspera de la festividad de San Bartolomé, con un pasacalle en el que la Colla de Geganters de Sants, la Banda de Música del Triangle y los Tabalers de Sants dan un paseo por el barrio hasta llegar al parque de la Espanya Industrial. Una vez allí, los gigantes ofrecen un baile que precede a la lectura del pregón inaugural.

Tracas de inicio. Desde primera hora de la mañana las tracas estallan por las calles que conforman el espacio de la fiesta, con el propósito de anunciar a los vecinos que ha amanecido y que las celebraciones están a punto de empezar. Durante ese rato, pasacalles y tamborileros pasean por el barrio para animar a todo el mundo a participar en las actividades.

Ofrenda floral a san Bartolomé. El día de la festividad empieza con una ofrenda floral en la parroquia de Santa Maria, en honor del patrón. Se encargan de ello las comisiones de fiestas de las calles y los Castellers de Sants, que levantan un pilar de homenaje al santo.

Bailes populares. Durante los días de celebración, se celebran diversas audiciones y bailes de sardanas. Se llevan a cabo en un buen número de calles del barrio, y van a cargo de coblas invitadas por cada comisión de fiestas. Los Bastoners de Sants también ofrecen unos cuantos bailes de demostración en el marco del programa festivo.

Premios a las calles adornadas. Las fiestas de Sants son conocidas por el adorno de plazas y calles, una actividad que se hace desde hace más de cien años. Asociaciones de vecinos y comisiones de fiestas preparan la decoración durante todo el año, con temáticas y materiales que nunca dejan de sorprender. Para conservar esta tradición, cada año se otorgan premios a las calles mejor adornadas ―distribuidas por categorías―, en una ceremonia que se celebra al día siguiente de la festividad, en el parque de la Espanya Industrial.

Correfoc. Con cuatro colles de fuego en el barrio no podía faltar un gran espectáculo pirotécnico, que suele tener lugar en el acto de fin de fiesta. Por la tarde salen los diables más jovencitos, que llevan a cabo un correfoc infantil por las calles principales de la antigua villa. Por la noche, los diables adultos, junto con el bestiario de fuego del barrio, celebran un gran correfoc que despide la fiesta hasta el próximo año.