Fuegos de San Juan

La noche de San Juan nos anuncia la llegada del verano. Previamente, el solsticio del 21 de junio ha abierto astronómicamente la puerta del verano y ha cerrado la del invierno, con lo que nos ha orientado al buen tiempo. Por eso nos reunimos la noche del 23 de junio, la noche de San Juan, para celebrarlo colectivamente.

Existen muchas maneras de celebrar esta fiesta de raíces paganas y muchas particularidades locales, pero el fuego es el elemento central de todas ellas. Hogueras, fallas, etc. ejercen de elementos aglutinadores de la comunidad, que se acerca al fuego comiendo un trozo de coca.

Barcelona celebra esta fiesta de una manera especialmente dinámica: verbenas en calles y plazas, terrados con vecinos que lanzan cohetes que pintan el cielo de luz y color... Pero las hogueras en las plazas y en los cruces de las calles son el elemento más destacado y vistoso. Las hogueras barcelonesas son construidas por vecinos y entidades que van a buscar trastos viejos para quemar. Tiempo atrás las pandillas de niños y jóvenes competían por este combustible y, si hacía falta, lo hurtaban de la hoguera vecina para poder construir la más grande.

Actualmente, después de un cierto periodo de recesión, vuelve a crecer el número de hogueras en la ciudad, al ritmo que también crece el interés por la Flama del Canigó, que, con el fuego bajado de esas montañas, las enciende casi todas. 

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