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Primera exposición al Castillo de Montjuïc como nuevo espacio cultural

Barcelona en Posguerra, 1939-1945 a través de más de 250 documentos se da una visión muy real de los primeros años de dictadura en la ciudad

Organizada por el Archivo Municipal de Barcelona con la colaboración de la Fundación Carles Pi i Sunyer 'Barcelona en posguerra 1939-1945' será la primera exposición que se inaugurará al Castillo de Montjuïc como recinto cultural y patrimonial. Se podrá ver a partir del domingo 2 de marzo hasta el 30 de junio, en un espacio que abarca cuatro salas del patio de armas.

Se podrá hacer un recorrido por el periodo de posguerra a través de más de 250 documentos, desde la entrada de las tropas franquistas en la ciudad el 26 de enero de 1939, hasta el final del mandato del alcalde franquista Miquel Mateu i Pla, en 1945. Son materiales, sobre todo documentos más que imágenes ya que hay muy pocos testimonios fotográficos de la época como consecuencia del cuidado que tuvo la dictadura franquista en el tema imágenes, en parte inéditos y en parte muy poco vistos que ofrecen una visión oficial, pero a la vez muy real, de lo que fueron los primeros años de la posguerra en la ciudad.

La exposición se organiza en seis bloques temáticos:

La Caída, entrada y represión: bajo la consigna "ha llegado España", que muestra la represión política, económica y social uno de los pilares fundamentales del proyecto franquista. La represión también fue contundente en el ámbito cultural y lingüístico, prohibiendo la lengua catalana en el espacio público y sancionando y castigando gravemente a quien se atreviera a hacer uso.

Poder y gestión de la ciudad: el consistorio, encabezado por el alcalde Miguel Mateu y Pla desarrolló un amplio abanico de tareas político-administrativas para cumplir las expectativas, intereses y necesidades de la España de Franco de una ciudad devastada, superpoblada y hambrienta.

Los «nuevos» amigos nazis y fascistas: A pesar de la declaración de «neutralidad vigilante» que hizo oficialmente el régimen franquista, durante el desarrollo de la segunda guerra mundial, Barcelona se convirtió en un escenario privilegiado para sus nuevas amistades. Convirtieron la ciudad en un escaparate muy visible para sus actividades culturales, políticas y propagandísticas: las excursiones de jóvenes hitlerians en Montserrat o la celebración del calendario nazi en lugares tan significativos como el Palau de la Música Catalana son dos ejemplos.

La «nueva» Barcelona: Se tenía que construir una nueva imagen de la ciudad que fuera aceptable en ojos del régimen franquista. Olvidándose de las necesidades reales de la ciudad quisieron enseñar una ciudad emprendedora, internacional, en progreso constante. El objetivo era convertir Barcelona en una «ciudad de ferias y congresos».

Una ciudad sometida al franquismo y al nacionalcatolicismo: Se tenía que hacer evidente la alianza entre el poder político, la dictadura y la Iglesia católica y su programa nacionalcatólico. Fiestas como El Día de la Victoria y El Día de la Liberación o celebraciones como el Corpus y la Semana Santa, constituyeron fechas fundamentales en el nuevo calendario político y religioso.

La vida cotidiana: entre el lujo y la miseria. Mientras que la mayoría de la ciudadanía vivía con el racionamiento, enfermedades, mercado negro y estraperlo; otros vivían en inauguraciones de temporada en el Liceo o cenas de gala en el Hotel Ritz.

Esta exposición culmina un proyecto sobre la Barcelona de Posguerra que fue precedida por cuatro exposiciones durante el 2013.

Fecha de publicación: Jueves, 27 Febrero 2014
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