La historia agridulce del niño que hacía imitaciones en la tele

Si viste con cierta asiduidad la televisión a principios de la década de los 90, cuando en España estaban comenzando los canales privados y comenzaron a ser populares programas de noche como Crónicas marcianas, seguramente recuerdes, aunque sea vagamente, a un niño de 12 años que muy a menudo salía en estos programas haciendo imitaciones de personajes populares. Se llamaba Rubén Ramírez y era un cómico joven y hábil que cayó simpático a todo el mundo gracias a sus impresiones perfectas de José María Aznar o Felipe González. De la televisión también pasó a la radio, a la publicidad, todo el mundo lo quería y lo reclamaba hasta que un día, como él dice, el teléfono dejó de sonar y nos olvidamos de él. Aquel niño se transformó en un adolescente, se sacó una carrera, no encontró trabajo y ahora, con más de 30 años, se ha reconvertido en un monologuista que explica su historia agridulce en el espectáculo El niño de la tele, que vuelve a Barcelona, ​​ahora en el marco de la sala Aquitània Teatre.

El subtítulo de la obra es bastante explícito: 'iba a comerse el mundo, y se comió una mierda'. Se trata de un monólogo cómico, sin rencor, donde Rubén cuenta su historia, tanto la del pasado como la del presente, en un ejercicio de nostalgia para fanáticos de aquella entrañable televisión de los noventa.

Encontrarás más información en la web de Aquitània Teatre, donde podrás reservar tus entradas.