'Locus amoenus', una reflexión sobre los paraísos prometidos de nuestra generación

Primera hora de la mañana. Tres desconocidos comparten el vagón de un tren que conecta las cercanías con el centro de una gran capital de nuestros días. Ninguno de ellos sospecha el final que espera al trayecto, y como consecuencia el viaje se desarrolla con una perspectiva crucial para el espectador que conoce el secreto.

Locus amoenus toma el título de una locución latina que nos habla de un espacio idílico, un tópico literario que quiere plasmar la seguridad y el confort de nuestro entorno. El recurso conecta la obra con una reflexión sobre los paraísos prometidos que ha tenido nuestra generación, y en consecuencia sus contradicciones.

Como la vida, la ficción de Locus amoenus se mueve entre los ratos de comedia y las situaciones tensas, desde el absurdo hasta la emoción. Un periplo que nos conduce hasta el final trágico, representando la metáfora del deseo humano de querer llegar siempre más lejos. El tráfico es la historia y en el camino se desarrolla el argumento.

Albert Pérez Hidalgo, Miguel Segovia y Mónica Almirall son los intérpretes de esta pieza que ya se ha podido ver en algunas de las salas y los festivales más prestigiosos de nuestro país que dan cabida a piezas que investigan los nuevos lenguajes de la escena . Ahora, Locus amoenus se podrá ver en la Sala Hiroshima hasta el 28 de febrero.