La vida es sueño, en el Teatre Lliure

Diez funciones -la del 15 de marzo irá seguida de un coloquio con la compañía, y el día 12 a las 17.00 habrá una función escolar de tarde- únicas para ver la versión de La vida es sueño producida por la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Helena Pimienta dirige en el Lliure la adaptación que Mayorga hace del clásico del Siglo de Oro español. Cuatro músicos, la iluminación de Cornejo, un cuidadoso elenco de producción y 15 actores en estado de gracia para trasladar las palabras del texto a la contemporaneidad.

Pimienta apuesta por una versión en la que los actores le pierdan el miedo a la obra -siempre manteniendo el respeto por la grandeza del texto de Calderón, escrito el año 1632 y publicado el 1636-, de modo que los temas del clásico barroco -el libre albedrío, los instintos, la paternidad, el amor, el poder, la pantomima de la realidad, el confuso laberinto de la vida- resultan más vigentes que nunca, en un momento en el que, como explica el adaptador Juan Mayorga, parece que son otros los que dictan nuestra vida, nuestros actos, e incluso, precisamente, nuestros sueños.