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La Sala Hiroshima presenta el teatro físico de Alejandro Curiel

'All by myself 'nos habla de la dualidad entre la soltería y vivir en pareja

La situación de partida es un comedor de lo más normal donde confluyen una serie de individuos. Entre otras historias paralelas encontramos la de Alejandro, un chico que con treinta años no ha tenido pareja nunca, un individuo solo que vive en un mundo donde lo que cuenta, dicen, es dejar de estar solo. La llegada de más personajes abrirá el debate sobre si en nuestra sociedad actual ser soltero es una lacra o un símbolo de libertad. La conversación se anima y el grupo de individuos reunidos alrededor de un sofá acabarán cantando acompañados de un teclado, leyendo un perfil de GayRomeo sobre una copla de Rocío Jurado.

Esta es la situación de partida de All by myself, un espectáculo multidisciplinar de un grupo de individuos que intentan transformar todo lo que ven en imágenes en movimiento. Viven las artes escénicas como un proceso de aprendizaje constante, alimentado por todo tipo de disciplinas como danza, teatro, pintura, escultura, literatura, filosofía, cine, televisión o drogas. La creación, en definitiva, como un proceso aglutinador de experiencia. Alejandro Curiel dirige esta pieza, un creador formado en la Escuela de Arte Dramático de Valladolid que completa su formación con danza contemporánea y teatro visual. En 2015 estrena su primer proyecto en la Sala Hiroshima, Bona bella dolça. Ahora, vuelve a repetir con una nueva creación sobre una de las tendencias sociales más significativas de nuestra época.

Fecha de publicación: Martes, 21 Junio 2016
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