Carlos Díaz pinta la belleza cotidiana de la gran ciudad

Carlos Díaz tiene un estilo de pintar que podríamos decir pre-moderno: su manera de presentar formas, figuras y espacios es muy parecida al realismo –y completamente alejada de la abstracción y del expresionismo–, pero la realidad está captada a partir del lirismo. Tiene toques de impresionismo, de pop art, a veces nos recuerda a Degas y otros a Edward Hopper, ya que esta impresión suele filtrarse con toques de tristeza. En cualquier caso, para Díaz la gran ciudad es un ente vivo, dinámico, en transformación, y su manera de trabajar trata de captar la belleza y las emociones de un instante preciso: ramas de árboles que se mueven junto a los edificios, suelos mojados por la lluvia, gente que pasea o vuelve sola a casa por la tarde, parques y espacios públicos... la ciudad es un microcosmos de emociones, y todas están contenidas en su obra, que ahora podremos ver en la Sala Parés, a partir del 11 de enero.

Esta exposición trata sobre todas las ciudades, no sólo Barcelona. También hay pinturas que reflejan Venecia, por ejemplo, y otros son imprecisas: podrían ser París, Londres, Madrid o cualquier calle estrecha y quieta de Nueva York. Una mirada profunda que podremos compartir hasta el 6 de febrero.

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