"Entre las zarzas" o el mundo heavy y naíf de Aitor Saraiba, en la nueva Hell Gallery

Hell Gallery es un espacio de arte de Ciutat Vella que abrió hace poco menos de un año y que tiene entre sus objetivos ofrecer refugio a las formas más experimentales e innovadoras, pero especialmente más oscuras e irreverentes del arte actual. Lo han conseguido con una programación que ya se ha hecho un montón de fieles, los mismos que, esta semana, harán cola para ver el nuevo aspecto que ofrece, tras la reforma a la cual se ha sometido durante las últimas semanas, este particular "infierno" artístico.

Reinauguran con Aitor Saraiba, un artista multidisciplinario de Talavera de la Reina las obras del cual habéis visto mil y una veces. Y es que, sí, él es el creador de todos estos personajes que, con una estética dulce y casi infantil, protagonizan acciones o dicen cosas que, a veces, son de una contundencia extrema.

Muy conocido por sus característicos unicornios, a veces portadores de mensajes positivos, a veces asesinados por sus propias fantasías, Aitor Saraiba pinta y dibuja, sí, pero también hace cerámicas, hace fotografías, protagoniza acciones de carácter performativo e incluso... ¡escribe! De hecho, son suyos los versos, que dan nombre a la exposición que veremos en la Hell Gallery y que, a la vez, ilustran el mundo creativo en el cual vive el artista: "Una vez conocí a un niño  / que creció entre algodones / y de mayor le fue imposible vivir / entre las zarzas".

Tristeza, dolor, inseguridades, muerte... Todas estas cosas, vistas a través del punto de vista del niño que aún se esconde dentro de Saraiba, aparecen en algunas de las cerca de ochenta creaciones de un artista que, pese a la dureza de muchas de sus obras, siempre deja espacio a la poesía y, a menudo, a la esperanza.

Si queréis saber más sobre Aitor Saraiba, consultad su web. Seguro que después os entran ganas de venir a la Hell Gallery y dejaros pinchar por las piezas que forman parte de la exposición Entre las zarzas. Quizás duela un poco... pero, ya lo veréis, vale la pena.