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El Espai 13 ya tiene más de 35 años

Para celebrarlo el laboratorio experimental de la Fundació Miró hace un repaso de algunas de sus exposiciones más representativas

El Espai 13, el laboratorio experimental de la Fundació Miró por donde han pasado artistas y comisarios noveles, celebra más de 35 años de trayectoria. Y lo hace con una exposición, Haber hecho un lugar donde los artistas tengan derecho a equivocarse, en el espacio grande de la Miró que repasa un período fructífero de innovación artística. Creado en 1978 con el nombre de Espai 10 y convertido en 1989 en el Espai 13, esta plataforma ha visto pasar más de 500 artistas emergentes y, tal y como afirma el título de la muestra, ha servido como espacio donde probar, repensar y experimentar con nuevas metodologías culturales. 

El comisario de la exposición, Manuel Segade, ha decidido articularla a través de 7 temas: fenómenos pictóricos, objetos escultóricos, cultura y naturaleza, fenomenologías del cuerpo, postcolonialismos, procesos y eventos y los usos de la cultura popular. De esta manera, la exhibición funciona como abanico de muestra de los temas y evoluciones del arte contemporáneo durante este período pero, también, como diálogo entre generaciones artísticas. 

Se encuentran tanto artistas consagrados (Brossa y Tàpies colaboraron en los inicios del Espai 10, Jaume Plensa celebró su primera exposición individual en el Espai 13 antes de dar el salto internacional) como artistas que se están abriendo camino en la actualidad. Por otro lado, los diálogos entre obras se plasman en las diferentes áreas temáticas. Por ejemplo, en el apartado pictórico podemos encontrar tanto los cuadros de luz de Xavier Veilhan como la pintura abstracta de Alfons Borrell, contrapuesta a un cuadro de Vik Muniz que, pese a parecer de pintura, en realidad está hecho de gelatina de plata. En el apartado de fenomenologías del cuerpo, los posters de AIDS de General Idea y el Pantalón preservativo de Ana Laura Aláez se contraponen a las fotos de Barcelona Toro Performance, de Jordi Benito. O, en la sala principal, procesos y naturaleza se mezclan en El mar de Fina Miralles (un cuadro que se irá pintando a sí mismo a lo largo de la muestra) y El perfil de Esther Ferrer (un cuerpo dibuijado con tinta china que se expande al largo de la pared y desaparecerá gradualmente). 

Cabe recordar, también, que esto no ha perturbado el ritmo de la pequeña sala, ya que la exposición del Espai 13 de verdad continúa su curso. Los curiosos que se acerquen podrán ver una muestra del ciclo Arqueología preventiva, en que el comisario Oriol Fontdevila invita cuatro artistas a reflexionar sobre la memoria colectiva. 

Fecha de publicación: Lunes, 24 marzo 2014
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